St. Hedwig no pretende ser comedia, ni tan siquiera drama… Lo dejaremos en ese punto intermedio que enlaza ambas tendencias elevándola a la nada desdeñable categoría de “Comedie Amère”. St. Hedwig no habla tampoco de desahucios, desalojos o de vidas truncadas por la crisis… Se centra más bien en la importancia de pertenecer a un lugar y de cómo la perdida de ese pilar esencial, desmonta cualquier posibilidad de redención y despierta a la bestia interna que todos ocultamos secretamente, esa misma bestia que está dispuesta a todo por defender lo que es suyo por definición… al precio que sea.