Agustina y Lidia (tía y sobrina) son dos personajes que viven recluidos en el salón de su casa, con una única ventana al mundo: la televisión. Dos mujeres que se enfrentan como pueden a las miserias y avatares diarios, haciéndose invisibles dentro de su propia casa. Pero, ¿Qué ocurre si por una vez la suerte les sonríe premiándolas con un fantástico crucero con el que nunca hubieran soñado? ¿Qué pasa si las enfrentamos a personas incapaces de empatizar con el micromundo que estos dos personajes han ido forjando? ¿Qué nuevas dimensiones adquiere su reducida visión del mundo?