He aquí una coreografía en tres actos basada en el célebre tríptico El Jardín de las delicias. Acto 1: El jardín de las delicias Acto 2: El infierno Acto 3: El paraíso
Del mismo modo en el que un coreógrafo puede partir de una melodía para crear, yo parto del cuadro del Bosco.
Y así como un coreógrafo puede “adherirse” (o no) a la partitura, he elegido “adherirme” al cuadro del Bosco, a su espíritu.
Ante una obra de arte, la felicidad de postrarse