Artaica ofrece en este proyecto un sonido abierto, sin fronteras, apátrida; sin innecesarias etiquetas y catalogaciones, que llevan al oyente desde canciones de sencillas melodías y arreglos mínimos, pero de contundencia abrumadora, hasta aquellas otros de indescriptible belleza en que se une la ejecución de ritmos de amalgama y escalas orientales a otros sonoridades propias de la cultura europea, configurando un sonido tan inquietante como atractivo.